La Trufi-aldeana se marchó del Trufibosque cuando solo era una niña. Siempre soñó con volver a su tierra llena de topo-animales y trufi-flores tan bellos, que nunca se fueron de su cabeza.
Así pues, la Trufi-aldeana decidió hacer las maletas y volver al Trufibosque pero lo que no tenía en cuenta es que para ir se necesita un trufi-GPS que ella no tenía, pero ella decidió seguir su camino.
La Trufialdeana siguió los consejos de sus amigas las japas, peeeeeerooooooo:
Menos mal que las japas no se fiaban de ella y decidieron seguirla para ver que interpretaba ella con las palabras que le dijeron.
Las japas decidieron explicarle, de manera pragmática, cómo seguir el camino y estas fueron sus palabras: "Amiga tlufela, chúpate el dedo ponlo al aire y si el aile viene del sul ve hacia allí".
Si desde un primer momento se lo hubieran explicado así, no hubieran tenido que acudir a su rescate.
De esta manera, la trufi-aldeana llegó al camino de piedras del Trufibosque y se sintió tan feliz que decidió echarse una siesta.
Pero no estaba sola y empezó a escuchar un sonido muy familiar: "chop-chop-chop".
"Chop-chop-chop" es el saludo de los Trufichuskis cuando se alegran de ver a alguien del Trufibosque. Nada mas ver a su amiga, la trufi-aldeana, fueron a darle un trufi-abrazo y a recordarle que ya estaba en casa.